viernes, 17 de junio de 2011

¿Dios o diablo?

El fenómeno Google, no es novedad, infinidad de argumentos se han utilizado para describirlo; Muchos a favor y otros tantos en contra. Lo cierto es que hoy es la página más vista por los internautas y hasta algunos medios publican notas referidas al buscador omnipresente, sobre las cosas más extrañas.
Ante esta realidad, buscaremos trazar un análisis sobre lo que representa el sitio y lo que genera en Internet. Desde que surgió la idea de la red conlleva debates que hace años se dan en la sociedad. Tomando un enfoque político podemos aprovechar las dos grandes corrientes que florecieron en el siglo pasado para encontrar respuestas.
Sin dudas, el Comunismo y el Capitalismo fueron las dos ideologìas más importantes. Buscando sintetizarlas, podemos decir, que una propone el auge de lo público, por sobre lo individual y un trabajo colectivo, centrado en la figura del Estado como representante de los obreros; Mientras que la otra, la idea de la propiedad privada, personalizada en los sujetos sociales y la acumulación de riquezas en cada uno de ellos. Utilizando este disparador, cabe una reflexión sobre Internet.
Mientras algunos buscan publicar contenidos para que estos se distribuyan, otros pretenden cercarlos para obtener un rédito económico ante esto. En mi caso personal, una de las grandes desilusiones que pase en varias ocasiones con dos sitios web de Rosario, se debió a que algunas de las noticias, pedían un usuario y contraseña. Para tenerlo había que pagar una cuota mensual y así poder gozar de las informaciones del medio de comunicación. Esta visión hizo que no lo visite más. La idea de cercar noticias, considero yo, atenta contra la función misma del periodista. Así se entra en un debate un tanto más profundo y que quizá requiera de un nivel de desarrollo demasiado amplio. Pero tomando una de las funciones de los trabajadores de prensa, “informar a la sociedad”, podemos decir, que el acceso a las noticias no debería restringirse. De esta forma, se ve a las claras que no se busca dar a conocer la información sino delimitarla sólo para los “clientes/usuarios”.
En contraposición a estos portales, aparece Taringa. La propuesta de este sitio argentino es crear una comunidad para compartir contenidos. Estos comienzan con cosas muy simples a otras cada vez más interesantes. No se pretende lucrar con esta página y eso, bien podría ser la política de Internet. Pero no lo es.
Existe un medio que es el buscador por excelencia del ciber espacio, Google. Este administra todos los contenidos que circulan y al tener el poder de redirigir búsquedas bien podría configurarlas. Es decir por qué un sitio aparecen en una posición superior o inferior a la hora de mostrar los resultados. Varias denuncias giraron en cuanto a esto pero lo cierto, es que no se logró probar nada y el gran buscador no tuvo que soportar ningún tipo de multa o pena.
Mientras en Argentina se produjo un fuerte debate sobre los monopolios, en el marco de la Ley Enlacede Medios. Bien podría trasladarse esta discusión a la función de Google en la web. Al manejar tanta información y ser casi el punto de partida de la mayoría de usuarios tiene un poder muy importante a la hora de direccionar las búsquedas. Además cuanta con un gran número de “subprogramas” (Gmail, Google Adds, Google Analytics, Google Buzz, Google Talk, entre otros) que le permiten ir más allá de cualquier buscador convencional.
La responsabilidad es del que utiliza Internet, está en cada uno convertirlo para el beneficio propio y/o colectivo. Ante la posibilidad que se le dio a Google para crecer poco se me ocurre para minimizar su poder. Lo que sí creo, es que cada sujeto puede transformar la web como un lugar que se para compartir y no para cerrar contenidos. Mientras eso este claro, el usuario decidirá cuáles son sus inquietudes y dónde tendrá las respuestas que busca.

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